Paula Trespalcios Argain
La víbora de cascabel que habita en el desierto sonorense posee toxinas que pueden ser la base para crear o mejorar fármacos para atacar el cáncer de mama, motivo de estudio de Jorge Jiménez Canale durante su Doctorado en Ciencia de Materiales.
A raíz de su obsesión con los animales venenosos, aunada a que su madre fuera paciente de cáncer de mama, hoy superviviente, el biólogo comenzó a buscar una alternativa en su tesis “Actividad antitumoral de venenos de serpientes de cascabel (Crotalus SPP) libre y encapsulado en nanopartículas de PLGA frente al cáncer de mama”.
“No estamos diciendo que encontramos una cura mágica o que tenemos una estructura o un medicamento que ya está listo para usarse; estamos evaluando el potencial que tienen los venenos de serpientes de cascabel, especialmente serpientes de cascabel mexicanas y sonorenses, sobre algunas líneas o tipos de cáncer. Lo que encontramos es que tienen un buen potencial y recomendamos el seguir estudiándolos para poder determinar qué tan efectivo sería en un futuro para mejorar fármacos”, precisó.
Con base en su investigación, comentó que los venenos son variables, el de serpiente A es diferente al de serpiente B, y eso representa un potencial en el desarrollo farmacéutico ya que habla del potencial de todo lo que se puede descubrir; en este caso, dijo que el veneno de cascabel cola negra – un tipo de serpiente que se encuentra de manera abundante en el desierto de Sonora- fue efectivo contra una línea de cáncer de mama con la que trabajó.
Animales venosos incomprendidos
Jiménez Canale estudió Biología y, desde niño tuvo fascinación por los animales venenosos; en la actualidad, cada semana realiza recorridos en los que busca y explica las especies ponzoñosas.
“Se me hacían animales muy incomprendidos; por el hecho de ser venenosos, la gente ya los quiere matar, y siempre tuve la espina de decir ‘oye si este veneno daña tejido bueno de seguro va a dañar tejido malo, entonces algo podremos sacar de provecho’”, explicó.
Jiménez Canale presentó su examen de titulación para grado de Doctor en Ciencia de Materiales, y fue un poco más allá: recomienda seguir estudiando el veneno de la serpiente de cascabel, así que espera que su trabajo pueda ser retomado y enriquecido.
La víbora de cascabel que habita en el desierto sonorense posee toxinas que pueden ser la base para crear o mejorar fármacos para atacar el cáncer de mama, motivo de estudio de Jorge Jiménez Canale durante su Doctorado en Ciencia de Materiales.
A raíz de su obsesión con los animales venenosos, aunada a que su madre fuera paciente de cáncer de mama, hoy superviviente, el biólogo comenzó a buscar una alternativa en su tesis “Actividad antitumoral de venenos de serpientes de cascabel (Crotalus SPP) libre y encapsulado en nanopartículas de PLGA frente al cáncer de mama”.
“No estamos diciendo que encontramos una cura mágica o que tenemos una estructura o un medicamento que ya está listo para usarse; estamos evaluando el potencial que tienen los venenos de serpientes de cascabel, especialmente serpientes de cascabel mexicanas y sonorenses, sobre algunas líneas o tipos de cáncer. Lo que encontramos es que tienen un buen potencial y recomendamos el seguir estudiándolos para poder determinar qué tan efectivo sería en un futuro para mejorar fármacos”, precisó.
Con base en su investigación, comentó que los venenos son variables, el de serpiente A es diferente al de serpiente B, y eso representa un potencial en el desarrollo farmacéutico ya que habla del potencial de todo lo que se puede descubrir; en este caso, dijo que el veneno de cascabel cola negra – un tipo de serpiente que se encuentra de manera abundante en el desierto de Sonora- fue efectivo contra una línea de cáncer de mama con la que trabajó.
Animales venosos incomprendidos
Jiménez Canale estudió Biología y, desde niño tuvo fascinación por los animales venenosos; en la actualidad, cada semana realiza recorridos en los que busca y explica las especies ponzoñosas.
“Se me hacían animales muy incomprendidos; por el hecho de ser venenosos, la gente ya los quiere matar, y siempre tuve la espina de decir ‘oye si este veneno daña tejido bueno de seguro va a dañar tejido malo, entonces algo podremos sacar de provecho’”, explicó.
Jiménez Canale presentó su examen de titulación para grado de Doctor en Ciencia de Materiales, y fue un poco más allá: recomienda seguir estudiando el veneno de la serpiente de cascabel, así que espera que su trabajo pueda ser retomado y enriquecido.