Jesús Alberto Rubio
Una invitación a celebrar la maravilla natural de la migración de las aves y, sobre todo, generar conciencia sobre la amenaza a la que se enfrentan, además de sensibilizar sobre la necesidad de su conservación y de sus hábitats, hicieron los académicos universitarios especialistas en el tema, Carlos H. Alcalá Galván y Alf Enrique Meling López.
Alcalá Galván, biólogo especialista en ecología y conservación de fauna silvestre y agostaderos, destacó la trascendencia que tiene el Día Mundial de las Aves Migratorias, el que dijo se celebra oficialmente el segundo sábado de mayo en Canadá y Estados Unidos (13 de mayo de 2023), y el segundo sábado de octubre en México, América Central, del Sur y el Caribe (14 de octubre de 2023).
Dio a conocer que en el mundo se conocen actualmente alrededor de 11 mil especies de aves, aunque se piensa que en realidad el número podría estar cerca de 18,000 y que de todas esas especies se considera que alrededor del 40% de ellas realizan movimientos migratorios.
“Estos movimientos migratorios son realizados por las aves (y por otros animales) en diferentes épocas del año en busca de condiciones favorables para sobrevivir y reproducirse”, subrayó el profesor-investigador del Departamento de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Universidad de Sonora (Dictus), con más de 38 años de experiencia en evaluación y manejo de fauna silvestre.
Carlos H. Alcalá Galván advirtió que las aves tienen condiciones morfológicas y fisiológicas que les permiten viajar grandes distancias en relativamente cortos periodos y que su capacidad de volar y desplazarse rápido les permite emprender viajes en busca de hábitats con recursos suficientes en cantidad y calidad para continuar con los ciclos anuales de sus poblaciones.
La disponibilidad de alimento, las condiciones climáticas y espacios con estructuras seguras para nidación y cuidado de polluelos, aseguró, son algunos de los recursos que detonan el inicio de migraciones.
Falta investigación
Dijo que, aunque todavía falta investigación para conocer a fondo los mecanismos que permitan entender a fondo los fenómenos biológicos y ecológicos que inducen a las formas de orientación y navegación particulares para cada especie de ave, se sabe que las aves recorren las mismas rutas año tras año.
“En algunas especies se conocen estructuras en el cerebro que actúan como micro-imanes que les permiten detectar variaciones en el campo magnético de la Tierra”, indicó, dando a conocer que algunas se guían por la posición del sol, o bien siguiendo márgenes de ríos o costas marinas y que igualmente se cree que aves que viajan de noche vuelan de acuerdo a la posición de las estrellas. “Lo sobresaliente es que siguen rutas generales para sus movimientos de ida y vuelta en las diferentes estaciones”.
Alcalá Galván informó que la mayoría de las aves acuáticas, playeras y canoras viajan de noche para evitar calor y la mayoría de los depredadores y que, por su parte, las planeadoras de ala ancha y algunas rapaces lo hacen de día para aprovechar corrientes ascendentes de aire caliente por el sol.
Algunas especies como las golondrinas y los vencejos, agregó, migran durante horas del día porque se alimentan en vuelo por insectos de actividad diurna. “Así, la evolución ha creado variedad de comportamientos y características fisiológicas en las aves para coincidir con las condiciones que les han permitido su desarrollo como especie animal”.
Cuatro rutas
En forma general, indicó, se reconocen globalmente las siguientes rutas migratorias principales: Un recorrido de las Américas: cuatro que conectan América del Norte con el Caribe, Centroamérica y América del Sur; el Africano-Euroasiático: tres que enlazan a Europa y el norte de Asia con el Mediterráneo, Oriente Medio y África.
Asimismo, el recorrido de Asia Central: conecta el norte de Asia con el sur de Asia y Oriente Medio; y el de Asia Oriental-Australasia que tiene conexión del noreste de Asia con el sudeste asiático, Australia y Nueva Zelanda.
“Las rutas migratorias de las Américas son: la ruta del Pacífico, la Central, la del Mississippi y la del Atlántico”, precisó.
En el caso de nuestro país, informó que habitan aproximadamente 1,107 especies de aves de las cuales el aproximadamente el 30% se consideran migratorias y que, debido a su posición geográfica, México tiene mayor diversidad de aves migratorias que cualquier otro país de América Latina.
Citó al respecto a colibríes, gorriones, palomas, grullas, patos, gansos y una amplia variedad de especies ocupan terrenos sonorenses en sus rutas migratorias.
“Algunas especies presentan poblaciones con comportamiento residente, es decir, llevan a cabo todas sus actividades de sus ciclos anuales en su área de actividad anual, sin necesidad de trasladarse a otros lugares para cumplir con propósitos reproductivos”, añadió.
Conservar las especies
Carlos H. Alcalá recordó que una gran cantidad de personas entre las que se incluyen científicos, observadores de aves y voluntarios locales ayudan a estudiar, monitorear, seguir y conservar muchas especies de aves en el mundo.
Para muchas personas, comentó, las actividades de observación y conservación de aves representan una motivación para participar con pasión en la protección de humedales, así como también en el mantenimiento de vegetación que produce polen, semillas, frutos y aporta sitios de percha y cobertura para las aves en diferentes épocas del año.
Destacó que diversas organizaciones nacionales e internacionales están relacionadas con la conservación de especies de aves migratorias y sus respectivos hábitats.
En muchos casos, planteó, los participantes reconocen no sólo el valor estético de las aves, sino su importancia en el balance ecológico y oportunidades económicas de su aprovechamiento. “Especies como patos y gansos que viajan desde Canadá hasta México son de singular valor cinegético y gracias a ello se han podido recaudar fondos para su conservación”, añadió.
Finalmente, informó que existen convenios internacionales entre Canadá, Estados Unidos y México desde la década de los años 70 que han logrado con éxito la recuperación de especies migratorias que se presentaban deterioro en el tamaño de sus poblaciones y extensión de sus áreas de distribución.
Admiración por las aves
Alf Enrique Meling López, coordinador académico de la carrera de Biología adscrita al Dictus, comentó con emoción que desde siempre hemos admirado a las aves: “La muestra es que un águila adorna el escudo nacional; otras maravillosas están estampadas en billetes, monedas y banderas de países. También hemos utilizado a las aves, sea para alimentarnos, como utensilios de decoración como mascotas, y de muchas otras maneras”, dijo.
Asimismo, se preguntó ¿por qué no festejarlas uno o dos días al año, si tantos beneficios nos aportan? y al respecto opinó que, por desgracia, al igual que otras especies, están en peligro muchas especies sea por la extracción para su comercio como pericos, cenzontles y otras aves de belleza incomparable o de comportamientos o cantos únicos, o bien porque especies introducidas están desplazando a las nativas.
Añadió que “también estamos reduciendo sus ambientes y eso conduce a la extinción o disminución de especies únicas como la codorniz mascarita”, mencionando que otras e que admiramos sin conocer si son o no dañinas, son el perico argentino y el gorrión o paloma.
Recordó que dos veces al año se festeja a las aves migratorias, sea por el viaje de norte a sur y la otra, el retorno. Precisó que las celebraciones se llevan a cabo los segundos sábados de mayo y de octubre.
En términos generales, dijo, existe en cualquier región del mundo una gran admiración por todas las aves, señalando que, aunque no se note, están todos los días en nuestra vida diaria.
“Las tenemos desde que despertamos al escuchar sus cantos o admiramos la belleza de los coloridos de sus plumajes, sus formas, sus hábitos al reproducirse”, expresó, afirmando que es de esperarse que en esta fecha haya recorridos para observar y registrar especies de aves en diferentes partes de México y otros países.
Aves migratorias
Meling López afirmó que las aves migratorias son aquellas que nacen en una región y vuelan en busca de alimento o sitios de reproducción cuando las condiciones climáticas se le tornan difíciles para su vida.
Dio el ejemplo de que cuando inicia la época de frío –que en algunas partes del mundo se congelas, o cae tanta nieve que es imposible vivir ahí–, las aves de distintas especies vuelan en busca de condiciones mejores.
Indicó que a Sonora llegan especies de aves de diferentes partes, ya sea que bajan de las montañas o vienen desde Rusia, Alaska, Canadá a finales del otoño y que las últimas regresan en esta época.
“Si has viajado a la costa, en invierno veras muchas especies que en verano no aparecen, como pelícanos blancos, tildillos, sarapicos, gansos y varias especies de patos, o especies que vienen de las partes altas de la sierra como gorriones, chanates de pecho amarillo, y algunas especies de colibríes, cardenales”, dijo.
Alf Enrique Meling señaló que sus alegóricos cantos se escuchan desde que sale el sol, luego se hace una pausa leve a mediodía cuando descansan, y antes de que el sol se oculte prosigue ese cantar de diferentes notas que identifican las docenas de especies que se aglomeran para dormir.
Club de aves
Meling López informó que el Club de Aves de la Licenciatura en Biología hace el Festival de Aves el primer sábado de noviembre en el que festejan a todas las aves, en especial las nativas como al carpintero del desierto, al correcaminos y colibríes, entre otras especies.
En la Universidad de Sonora, destacó, existe un proyecto de protección del tecolotito llanero, y podrán encontrar letreros alusivos al proyecto en diferentes partes del campus. “Búscalos y ahí podrás admirar a esta enigmática ave”.
Una invitación a celebrar la maravilla natural de la migración de las aves y, sobre todo, generar conciencia sobre la amenaza a la que se enfrentan, además de sensibilizar sobre la necesidad de su conservación y de sus hábitats, hicieron los académicos universitarios especialistas en el tema, Carlos H. Alcalá Galván y Alf Enrique Meling López.
Alcalá Galván, biólogo especialista en ecología y conservación de fauna silvestre y agostaderos, destacó la trascendencia que tiene el Día Mundial de las Aves Migratorias, el que dijo se celebra oficialmente el segundo sábado de mayo en Canadá y Estados Unidos (13 de mayo de 2023), y el segundo sábado de octubre en México, América Central, del Sur y el Caribe (14 de octubre de 2023).
Dio a conocer que en el mundo se conocen actualmente alrededor de 11 mil especies de aves, aunque se piensa que en realidad el número podría estar cerca de 18,000 y que de todas esas especies se considera que alrededor del 40% de ellas realizan movimientos migratorios.
“Estos movimientos migratorios son realizados por las aves (y por otros animales) en diferentes épocas del año en busca de condiciones favorables para sobrevivir y reproducirse”, subrayó el profesor-investigador del Departamento de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Universidad de Sonora (Dictus), con más de 38 años de experiencia en evaluación y manejo de fauna silvestre.
Carlos H. Alcalá Galván advirtió que las aves tienen condiciones morfológicas y fisiológicas que les permiten viajar grandes distancias en relativamente cortos periodos y que su capacidad de volar y desplazarse rápido les permite emprender viajes en busca de hábitats con recursos suficientes en cantidad y calidad para continuar con los ciclos anuales de sus poblaciones.
La disponibilidad de alimento, las condiciones climáticas y espacios con estructuras seguras para nidación y cuidado de polluelos, aseguró, son algunos de los recursos que detonan el inicio de migraciones.
Falta investigación
Dijo que, aunque todavía falta investigación para conocer a fondo los mecanismos que permitan entender a fondo los fenómenos biológicos y ecológicos que inducen a las formas de orientación y navegación particulares para cada especie de ave, se sabe que las aves recorren las mismas rutas año tras año.
“En algunas especies se conocen estructuras en el cerebro que actúan como micro-imanes que les permiten detectar variaciones en el campo magnético de la Tierra”, indicó, dando a conocer que algunas se guían por la posición del sol, o bien siguiendo márgenes de ríos o costas marinas y que igualmente se cree que aves que viajan de noche vuelan de acuerdo a la posición de las estrellas. “Lo sobresaliente es que siguen rutas generales para sus movimientos de ida y vuelta en las diferentes estaciones”.
Alcalá Galván informó que la mayoría de las aves acuáticas, playeras y canoras viajan de noche para evitar calor y la mayoría de los depredadores y que, por su parte, las planeadoras de ala ancha y algunas rapaces lo hacen de día para aprovechar corrientes ascendentes de aire caliente por el sol.
Algunas especies como las golondrinas y los vencejos, agregó, migran durante horas del día porque se alimentan en vuelo por insectos de actividad diurna. “Así, la evolución ha creado variedad de comportamientos y características fisiológicas en las aves para coincidir con las condiciones que les han permitido su desarrollo como especie animal”.
Cuatro rutas
En forma general, indicó, se reconocen globalmente las siguientes rutas migratorias principales: Un recorrido de las Américas: cuatro que conectan América del Norte con el Caribe, Centroamérica y América del Sur; el Africano-Euroasiático: tres que enlazan a Europa y el norte de Asia con el Mediterráneo, Oriente Medio y África.
Asimismo, el recorrido de Asia Central: conecta el norte de Asia con el sur de Asia y Oriente Medio; y el de Asia Oriental-Australasia que tiene conexión del noreste de Asia con el sudeste asiático, Australia y Nueva Zelanda.
“Las rutas migratorias de las Américas son: la ruta del Pacífico, la Central, la del Mississippi y la del Atlántico”, precisó.
En el caso de nuestro país, informó que habitan aproximadamente 1,107 especies de aves de las cuales el aproximadamente el 30% se consideran migratorias y que, debido a su posición geográfica, México tiene mayor diversidad de aves migratorias que cualquier otro país de América Latina.
Citó al respecto a colibríes, gorriones, palomas, grullas, patos, gansos y una amplia variedad de especies ocupan terrenos sonorenses en sus rutas migratorias.
“Algunas especies presentan poblaciones con comportamiento residente, es decir, llevan a cabo todas sus actividades de sus ciclos anuales en su área de actividad anual, sin necesidad de trasladarse a otros lugares para cumplir con propósitos reproductivos”, añadió.
Conservar las especies
Carlos H. Alcalá recordó que una gran cantidad de personas entre las que se incluyen científicos, observadores de aves y voluntarios locales ayudan a estudiar, monitorear, seguir y conservar muchas especies de aves en el mundo.
Para muchas personas, comentó, las actividades de observación y conservación de aves representan una motivación para participar con pasión en la protección de humedales, así como también en el mantenimiento de vegetación que produce polen, semillas, frutos y aporta sitios de percha y cobertura para las aves en diferentes épocas del año.
Destacó que diversas organizaciones nacionales e internacionales están relacionadas con la conservación de especies de aves migratorias y sus respectivos hábitats.
En muchos casos, planteó, los participantes reconocen no sólo el valor estético de las aves, sino su importancia en el balance ecológico y oportunidades económicas de su aprovechamiento. “Especies como patos y gansos que viajan desde Canadá hasta México son de singular valor cinegético y gracias a ello se han podido recaudar fondos para su conservación”, añadió.
Finalmente, informó que existen convenios internacionales entre Canadá, Estados Unidos y México desde la década de los años 70 que han logrado con éxito la recuperación de especies migratorias que se presentaban deterioro en el tamaño de sus poblaciones y extensión de sus áreas de distribución.
Admiración por las aves
Alf Enrique Meling López, coordinador académico de la carrera de Biología adscrita al Dictus, comentó con emoción que desde siempre hemos admirado a las aves: “La muestra es que un águila adorna el escudo nacional; otras maravillosas están estampadas en billetes, monedas y banderas de países. También hemos utilizado a las aves, sea para alimentarnos, como utensilios de decoración como mascotas, y de muchas otras maneras”, dijo.
Asimismo, se preguntó ¿por qué no festejarlas uno o dos días al año, si tantos beneficios nos aportan? y al respecto opinó que, por desgracia, al igual que otras especies, están en peligro muchas especies sea por la extracción para su comercio como pericos, cenzontles y otras aves de belleza incomparable o de comportamientos o cantos únicos, o bien porque especies introducidas están desplazando a las nativas.
Añadió que “también estamos reduciendo sus ambientes y eso conduce a la extinción o disminución de especies únicas como la codorniz mascarita”, mencionando que otras e que admiramos sin conocer si son o no dañinas, son el perico argentino y el gorrión o paloma.
Recordó que dos veces al año se festeja a las aves migratorias, sea por el viaje de norte a sur y la otra, el retorno. Precisó que las celebraciones se llevan a cabo los segundos sábados de mayo y de octubre.
En términos generales, dijo, existe en cualquier región del mundo una gran admiración por todas las aves, señalando que, aunque no se note, están todos los días en nuestra vida diaria.
“Las tenemos desde que despertamos al escuchar sus cantos o admiramos la belleza de los coloridos de sus plumajes, sus formas, sus hábitos al reproducirse”, expresó, afirmando que es de esperarse que en esta fecha haya recorridos para observar y registrar especies de aves en diferentes partes de México y otros países.
Aves migratorias
Meling López afirmó que las aves migratorias son aquellas que nacen en una región y vuelan en busca de alimento o sitios de reproducción cuando las condiciones climáticas se le tornan difíciles para su vida.
Dio el ejemplo de que cuando inicia la época de frío –que en algunas partes del mundo se congelas, o cae tanta nieve que es imposible vivir ahí–, las aves de distintas especies vuelan en busca de condiciones mejores.
Indicó que a Sonora llegan especies de aves de diferentes partes, ya sea que bajan de las montañas o vienen desde Rusia, Alaska, Canadá a finales del otoño y que las últimas regresan en esta época.
“Si has viajado a la costa, en invierno veras muchas especies que en verano no aparecen, como pelícanos blancos, tildillos, sarapicos, gansos y varias especies de patos, o especies que vienen de las partes altas de la sierra como gorriones, chanates de pecho amarillo, y algunas especies de colibríes, cardenales”, dijo.
Alf Enrique Meling señaló que sus alegóricos cantos se escuchan desde que sale el sol, luego se hace una pausa leve a mediodía cuando descansan, y antes de que el sol se oculte prosigue ese cantar de diferentes notas que identifican las docenas de especies que se aglomeran para dormir.
Club de aves
Meling López informó que el Club de Aves de la Licenciatura en Biología hace el Festival de Aves el primer sábado de noviembre en el que festejan a todas las aves, en especial las nativas como al carpintero del desierto, al correcaminos y colibríes, entre otras especies.
En la Universidad de Sonora, destacó, existe un proyecto de protección del tecolotito llanero, y podrán encontrar letreros alusivos al proyecto en diferentes partes del campus. “Búscalos y ahí podrás admirar a esta enigmática ave”.